Municipios
Uribe, MetaJuventud Uribense transformando el territorio.
Cuando se habla con los y las jóvenes de Uribe hay algo en particular que llama la atención, siempre corrigen y recalcan que el nombre de su municipio es Uribe, y no “La Uribe”, como las personas suelen llamarlo. Y esto no es un tema superficial, porque ese “La Uribe”, tan mediático por años, carga un estigma de un pasado violento que los y las jóvenes trabajan por cambiar.
Uribe, a unos 190 kilómetros de distancia de Villavicencio, es un municipio con mucha historia. Cuenta con una población de 3.640 jóvenes, de los cuales 2.050 viven en área rural, y 1.590 en el casco urbano. Sus paisajes montañosos al margen del cañón del río Duda y su clima templado, contrasta con las llanuras de otros municipios del sur del Meta, pero se perciben Llaneros de corazón.
El Consejo Municipal de Juventud – CMJ- está conformado por 9 integrantes, y la Plataforma de Juventud por 25 integrantes, con representación de la cabecera municipal como de la zona rural, principalmente de la Inspección de La Julia, con participación de mujeres, población OSIGD y étnica.
Cuenta con una dinámica juvenil fuerte, con un CMJ activo que busca constantemente el acercamiento con la institucionalidad de su municipio, y el acercamiento con los y las jóvenes de las diferentes veredas.
Los y las jóvenes recibieron la iniciativa Juventud Gestora de Cambio con mucho agrado, pues vieron una oportunidad para organizar el trabajo que venían adelantando y obtener mayores conocimientos que les permitieran ejercer mejor su rol. Mario Baquero, consejero de juventud de la inspección de La Julia, cuenta:
“Bueno, antes de que llegara este gran proyecto nosotros como CMJ estábamos muy desorganizados, teníamos muy poca idea, porque no sabíamos qué queríamos y tampoco sabíamos algunas cosas”.
Una de las prioridades y retos que encuentran las instancias de participación juvenil en estos municipios es llegar a la población joven que habita en zonas rurales, ya que reconocen que muchas acciones juveniles se quedan solo en el casco urbano. Ayender Forero, consejero de juventud, cuenta:
“Lo que más me pareció interesante del programa fue la vinculación de los jóvenes no solo urbanos, sino también rurales. Sí, cómo darle la oportunidad que muchachos, de estas zonas de muy difícil acceso, tuvieran la oportunidad de participar en espacios, como esta del diplomado”.
Durante el acompañamiento de la iniciativa, los y las jóvenes reconocen hitos relevantes de su proceso como la certificación de 15 jóvenes del diplomado Emprendimiento y Organización Juvenil, la realización de foros y encuentros rurales, la realización de la Asamblea de Juventud, que logró reunir a más de 100 jóvenes, y la construcción de una agenda de Juventud, documento que recoge la ideas y propuestas que surgieron en la asamblea. Alexandra Castillo, quien preside actualmente el CMJ, resalta:
“Siento que el Programa de Gobernabilidad Responsable de USAID en este proyecto de Juventud Gestora de Cambio nos brindó unas rutas para establecer un trabajo, a partir de allí, ya tenemos una base que es un documento: una Agenda juvenil, que es muy importante para nosotros porque recogimos las voces que siempre habíamos querido escuchar”.
Este documento de Agenda ha sido socializado por el CMJ y la PMJ en escenarios de participación como Consejo de Política Social, el Concejo Municipal, la Comisión de Concertación y Decisión -CCD-, la Personería Municipal, entre otros, y ha dado pie para motivar la formulación de la Política Pública de Juventud en el municipio.
En su proceso de crecimiento, reconocen la importancia de la reflexión y la autocrítica para mejorar, como lo expresa Jhan Carlos Rincón, quien fue integrante de la PMJ y ahora es el Enlace de Juventud de su municipio:
“Bueno, con la oportunidad de estar como Enlace de Juventud me di cuenta de que a los jóvenes nos falta comprometer a las personas, y eso no significa solamente ir a expresar lo que tenemos que expresar o lo que queremos, sino comprometer realmente. Los y las jóvenes debemos comprometernos en hacerle seguimiento al cumplimiento de los acuerdos que pueden surtir en un espacio de encuentro con la institucionalidad”.
Saben que el camino apenas empieza, por esto desean seguir haciendo escuela y vinculando a nuevos jóvenes a las instancias de participación, un reto que se proyecta para la siguiente fase de la iniciativa.